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sebasarena
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IMDb vs Letterboxd (ratings)
>10/10 ★ ★ ★ ★ ★
>9/10 ★ ★ ★ ★ ½
>8/10 ★ ★ ★ ★
>7/10 ★ ★ ★ ½
>6/10 ★ ★ ★
>5/10 ★ ★ ½
>4/10 ★ ★
>3/10 ★ ½
>2/10 ★
>1/10 ½
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Smallville: Crush (2002)
A missed opportunity
The episode started great. A growing artist lost his hands, and his abilities to make his work again. His doctor admits that he did nothing to make him better, and even jokes about it. So he got a lot deserving death.
The next scenes are spectacular lesson in love-drama. Clark feels confused about his relationship with Chloe, Lana begins to fully realized that she love Clark too, and Chloe has one of the best kisses portrayed in screen.
But then the whole story falls apart. The artist doesn't really care about the love he's receiving unconditionally. And then he start to kill everybody, destroying his only way to get redeem and have peace in his life.
So, one of the best episodes of a TV series, started perfectly and then it CRASHED into the worst waste of time. The writers didn't care about a good story here, they lost control of the "gravitas" that "Crush" had in the beginning, with all the love-drama. And didn't have the guts to make a great ending of it.
They could have bring some love to Chloe, making her artist a controlled person, and not a freak. And they could have bring some love Clark and Lana, letting they feelings grow and match. But the only thing that they know is how to break beautiful works, stories and characters. They only know destruction and death. They forget about us...
Starving (2014)
It's more than porn...
Look the awesome difference of really putting at least a minimum credible story behind the sex encounters. Not just two idiots that see each other and just f**k like dumb robots with no emotion. These guys portray what good friends that are also sex partners can do. Those first encounters, when they try things, and when they remember other good times. They make you part of their experiences.
An amazing film, worth watching beyond its pornographic hotness. The way the tale manages to capture the psychological reasons behind the fixation on a particular gender/sex role, the limited nature of the "tops and bottoms" labels and an emancipation from these roles. A true ode to versatility.
Lena (2011)
A smiling girl...
Lena show herself what it mean to be an almost-adult person. There is the pursuit of love, and happiness. There are fears, and a hide passion. Her looking for love begun in the sexual side. Nobody cares about her feelings, because she's only giving a service to those that only smile to some people for have sex, and not more. When love came, isn't good enough. Even in our lives we can see that. Almost everything is chaotic here, but, she never gives up, and that's something to appreciate. At the final question, who is Lena? The will of looking for something. What is that? It hasn't to mean something revealing. In her smile are so much hidden that, look at her face it can be compared to had the Mona Lisa in front of us.
Stoker (2013)
Stoker... (reseña)
Acabo de ver «Stoker», y puedo confesar mi ignorancia al decir que es la primera vez que veo a una mujer masturbándose en una película. G-L-O-R-I-O-S-O; la punta de la lengua emprende un viaje de cuatro pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el cuarto, en el borde de los dientes
Kidman, seductora como siempre, pero realmente frágil, demasiado humana para mi gusto. Por demás, me dejaron disgustado cuando India muerde al muchacho, y no lo acepta luego; este complejo de Edipo lo deja a uno indefenso ante la psicología de varias personas. Es más, los símbolos sexuales son bastante claros, y dan libre entrada a la imaginación. La manera en que se postra la joven al frente de nuestro nuevo «visitante extraño», que no llega a superar a Stamp, y mantiene firme el arma, mientras alza la cabeza, paciente y orgullosa, habría sido reprimida por el propio Freud; pero es de un interés poderosamente particular para mí. Las estructuras de poder forman ciertamente, como formularía Foucault, una microfísica en sí misma. Y el juego de «¿Cuán misterioso y atractivo puedo ser?»; es lo que da pie a esta historia, que, sin embargo, al final, recuerda mucho una escena específica de Tarantino, donde el ruiseñor y la rosa, se han entregado con ardor el uno a la otra. Otro aspecto a destacar es el análisis sobre la maternidad/paternidad que nos da Kidman con esa mirada que pareciera haber cruzado en todo momento las «puertas de la percepción»; ya que, sería realmente productivo lograr demostrar que, sí tiene razón cuando dice que, los hijos surgen en base a la desesperanza de los propios padres en sí mismos, al menos, en el caso de aquellos especímenes que han sido planificados, como, naturalmente, hizo Eva; ojo en esto, Eva, no Eiva. Aunque es poco probable que India y Kevin pudiesen tener algo juntos, cada uno, a su modo, y con armas sutiles y perfectamente equilibradas, sonríen con gracia, frente a la sangre que es símbolo de vida, y también de muerte.
Laurence Anyways (2012)
Laurence, de cualquiera manera (Laurence Anyways)
La contemplación es la que, desde los primeros segundos, lleva de la mano ésta obra de Dolan. La niebla, la perspectiva, la música; todo en ella, desde el comienzo, remite a la búsqueda de la perfección personificada en Kubrick, también hace referencia directa a la sugestiva selección musical de la que ha demostrado ser un experto, nuestro Woody Allen, y, aún más, también redirige la mirada hacia la lealtad y confianza que ha demostrado tener Tim Burton por sus actores predilectos.
Laurence, es, a su vez, superficie y símbolo. Casi podría esperarse que, en vez de «Laurence, de cualquier manera» (traducido como «Laurence, sea como sea» bajo otros criterios), el título de esta obra debía haber sido «Elogio a la extravagancia». ¿Por qué? Habría que tomar en cuenta toda la historia para llegar a esa conclusión. Pero, para no adelantar, podría examinarse rápidamente el recorrido, la carrera de este jovial director. «Yo maté a mi madre», su ópera prima, nos adelantó lo que Laurence, por ahora, nos reveló en su totalidad: el afán de vivacidad en la caracterización que busca, encuentra, y muestra Xavier Dolan. El joven que, con tendencia al conflicto, decide mostrarse a su madre, luego de un punto álgido de caos, en su verdadera naturaleza, es una representación tenue de la postmodernidad que caracteriza el siglo XXI, el afán de la diferencia, a su vez que dibuja la necesidad de contacto que parece mostrarse en matices distintos según cada caso, pero teniendo como solución la misma perspectiva o idea, ser amados. Por otra parte, su ópera secunda (¿estará bien escrito?), «Los amores imaginarios», desarrolló con mayor efectividad cierto gusto por lo que en Laurence nos atrapa desde el comienzo: la necesidad de abstracción, del mundo, de la cotidianidad del ser.
Laurence, tanto como Fred, anhelaban ser amados. A través de sus idas y vueltas notaron, quizá con nostalgia anticipada, o con pesimismo posterior, que su mutua relación de poder era de carácter destructivo. ¡No se les puede culpar de ingenuos! No había manera de que pudieran prever todo lo que sucedería, aquél día en el que, bajo el eco ilusorio de un elegante candelabro, sus miradas se encontraran por vez primera. Ambos eran factores influyentes de cambio, quizá no en sí mismos, pero sí en su entorno, en las personas que a su lado aguardaban, que a su lado sonreían o suspiraban.
La sensibilidad ante una realidad, o la contemplación, ante esta obra, pueden alcanzar límites ambiguos. Quizá, y es lo más probable, me haya dejado impresionar o sugestionar por el afán de vivacidad que me ha mostrado Dolan con tres largometrajes, haciendo especial hincapié en éste. ¿Por qué es lo más probable? Porque mis relaciones de poder, y mi propia voluntad, han sido desarrollados bajo la perspectiva de ser capaces de apasionarse realmente por algo. La pasión, es para mí un concepto de apropiación. Todo aquello que me apasiona, ya es mío en cierta forma.
Sería poco decir que Dolan me ha cautivado, no querría describirlo, de cualquier manera (sea como sea).
Django Unchained (2012)
Django Unchained... (reseña)
Quizá la vida pueda ser comprendida no sólo a través de la sangre como símbolo de su surgimiento, sino el de su ocaso. Quizá la vida, en toda la aparente complejidad que reluce, sólo se trate de cuerpos estimulados, de sangre que fluye y refluye por las mismas partes, y sea el amor sólo una búsqueda del contacto entre dos pieles. Quizá sea el amor sólo un acto físico, o tal vez represente una ilusión gratamente compartida por todos aquellos que viven del sufrimiento ¡BANG!
«Caballero, antes tenía mi curiosidad, ahora tiene mi atención
».
La inocencia no es lo mismo que ignorancia; y eso se demuestra de una manera muy simple, inocente es aquél que ve el arma en el suelo, y ni siquiera trata de imaginar cómo usarla, e ignorante es aquél que sí imagina cómo debería usarla, pero no sabe hacerlo. La inocencia no es innata, ni mucho menos imperecedera, es producto de una constante sumisión, ¿cómo se comprueba esto? En el acto donde el esclavo, inclina la cabeza ante su amo, y tiende a entregar una confianza absoluta en él. La ignorancia sí es innata, pero es continuamente desplazada, esto se nota en la contemplación y en la experimentación. Ver cómo se riegan las tripas de alguien al ser herida por un rifle, dejará en claro en la conciencia de cualquier espectador, o experimentador, la fragilidad del propio cuerpo.
Es la sangre un símbolo ¡BANG! Es la viva representación de lo humano, el conjunto de todas las pasiones que entran en conflicto con lo que se cree racional. La inocencia y la ignorancia de cada uno, se sustenta y otras veces se desplaza, cuando un factor externo entra en la ecuación, una variable que no se había tenido en cuenta, y que, por supuesto, altera el resultado previsto. Es así que cualquier conocimiento que se pueda llegar a tener está condicionado y muchas, sino todas las ocasiones, es dependiente de alguna variable desconocida. Sin embargo, ¿será esta afrenta a la individual inocencia/ignorancia un acto necesariamente hostil? En el hombre la vida no guarda sentido alguno sí, y sólo sí, no está consciente de manera firme sobre su propio existir. Es así que, en su búsqueda de vivir, sepa apreciar la intrusión de alguna variable desconocida, que desplace su ignorancia/inocencia y le permita a través de ello, el conocer algunas prácticas peligrosas que, por el peligro mismo que representan, puedan inducir a pensar que uno realmente vive, justo en aquellos momentos de concentración exagerada, en los que se siente el fluir y refluir de la sangre en la sien. ¡BANG! De manera simple, la vida sólo se reconoce cuando se acepta la realidad de la muerte.
«Me gusta cómo mueres, chico».